Los gadgets más innovadores que no lo hicieron
En el mundo hipercompetitivo de la tecnología, las historias de éxito pueden dar forma a la manera en que vivimos, trabajamos o jugamos en los años venideros. Si todo va según el plan con respecto a la sincronización, la comercialización, y la financiación, algunas innovaciones manejan sobrevivir la selva darwiniana de la preferencia de consumidor. Pero, ¿qué pasa con esos aparatos que se cayeron de plano, dejando a los ejecutivos de la empresa rascándose la cabeza en cuanto a dónde todo salió mal? A veces sólo el lente de la visión retrospectiva puede mostrar por qué algo tan prometedor fue relegado al montón de chatarra. Architectural Digest revisita algunas tecnologías que una vez se sintieron como el futuro, pero nunca llegaron hasta allí.
Betamax
A veces sólo puede haber uno. Cuando Sony introdujo el grabador de vídeo doméstico Betamax en 1975, tuvo una ventaja significativa sobre su primer rival real para el mercado, el grabador de casa JVC, que usó el formato de cinta VHS. Pero la batalla no se ganó tanto en el hogar como en la tienda de videos; La capacidad de grabación de dos horas de VHS (frente al límite de una hora para Betamax) demostró ser ideal para alquileres de películas, ya que la mayoría de las películas encajaban en una cinta. Eso combinado con la decisión de Sony de no licenciar la tecnología Betamax para competir con los fabricantes y el menor costo de los reproductores de VHS, y el ganador rápidamente se hizo claro. Y mientras VHS disfrutó de una larga carrera de éxito, Betamax tiene una distinción diferente: Su nombre ha llegado a representar un fracaso tecnológico.